POR: POL MILAS
Lo que los griegos descubrieron en teoría matemática con la geometría Euclidiana hace más de dos mil años se encuentra en el corazón de la naturaleza, de los cristales, de los viruses, de forma ordenada y nada caótica. Pero nuestro mundo parece aleatorio, desordenado.
Agua, la base de nuestra subsistencia al transformarse en copos de nieve que caen del cielo, sabemos científicamente que estos no son perfectamente simétricos. Como crecen y expanden estos copos dependen del ambiente, la temperatura y de la humedad. Es un crecimiento desigual y complejo no tan predecible, no hay dos copos de nieve igual. En este sentido la igualdad biológica no existe y sus desigualdades son mas aparentes a medida que crecen y se expanden.
Las abejas que hacen panales de miel los construyen de forma hexagonal, un proceso colectivo que ha tardado miles de años y que solo de vez en cuando encontraremos un hexagono aparentemente simétrico bajo un microscopio, porque a pesar de todo se forma con geometría ordenada a nivel atómico, ese orden subyacente se desmorona en medio de todas las fuerzas que compiten en nuestro aparente caótico mundo. No existen los algoritmos y códigos que puedan explicar todas estas complicaciones. Vivimos en un mundo que compite constantemente.
Un fractal, bautizado así por su precursor moderno Benoit Mandelbrot 1975, es un evento geométrico cuya estructura básica, fragmentada o aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas. Los pintores esquemáticos como Jackson Pollock tienen esta propiedad, su técnica solo hasta ahora recientemente ha sido imitada, usando un péndulo a diferentes alturas y ángulos.
La cualidad fractal es una cualidad que atrae a nivel del subconsciente humano, una cualidad básica de la naturaleza y la cualidad clave del crecimiento exponencial de las cosas , de los eventos y de las distribuciones. Es la huella dactilar básica de la naturaleza. Su aparente complejidad nace de reglas bien sencillas de crecimiento y división, crecimiento y división una y otra vez hasta construir una curva predecible de variabilidad natural en diferentes estaciones de crecimiento. Es el conocimiento humano del fractal lo que hizo posible la invención humana de la realidad virtual. Ese descubrimiento cambió la cara de la animación y revolucionó Hollywood. Un nuevo imperio construido sobre el poder de los fractales y ese poder aun se encuentra inmerso en la fábrica de películas de Pixar para ser utilizado recurrentemente. Ellos usan la regla de la repetición y autosemejanza para crear las rocas, nubes y bosques. Es este realismo sólo posible si se usan las matemáticas fractales. Evidencia que rige la forma del mundo que conocemos. Para entender sus formas debemos reconocer la simple geometría Euclidiana de la forma en acción de su nivel más básico. El universo es perezoso, siempre buscara la solución más eficiente y se moverá lentamente no importa cuánta tecnología le inputemos. Sus leyes que fueron reconocidas por primera vez por los griegos hace miles de años son simples pero aparentemente caóticas.
Los Dioses griegos no podrían haber ejercido su divino poder sin el conocimiento de la huella fractal de la naturaleza de las cosas. Contemplar una huella fractal es estar al frente del crecimiento natural, imperceptible por la escala y el factor ineludible del tiempo, ahora acelerado por la tecnología computacional para ser perceptible y entretenido. El secreto de su sencillez es consistente y tan armónico como las notas musicales de una canción, es por esto que los humanos nos gusta la musica, pero como dijo un sabio celoso llamado Aristóteles, eso es otra historia.
